dc.description.abstract | Los perros braquicefálicos se caracterizan fenotípicamente por presentar una cabeza corta y ancha, siendo esto notorio en el cráneo rostral, en donde el acortamiento de los huesos de la cara, cavidad nasal y senos frontales es marcado. Junto con esto existe una rotación dorsal del aspecto rostral de la maxila y una posición alterada de los cornetes nasales. Los tejidos blandos asociados a ese continente óseo reducido se ven entonces comprimidos lo cual altera la anatomía faríngea e incrementa la resistencia al pasaje de aire en la vía aérea superior. Otras alteraciones congénitas que pueden presentar estos perros son la estenosis de las narinas, la elongación e hiperplasia del paladar blando, anomalías laríngeas, de la tráquea y bronquios, y enfermedades gastroesofágicas asociadas. Debido a esto los perros desarrollan diversos síntomas que pueden llegar a afectar seriamente su bienestar. El síndrome del perro braquicefálico es una patología compleja consecuencia de estas malformaciones congénitas, que se manifiesta en algunos perros braquicefálicos, sobre todo en aquellos que presentan una braquicefalia extrema, como los de raza Bulldog y Pug. Es una enfermedad progresiva, siendo sus principales síntomas: estertores respiratorios, ronquidos, tos, disnea, náuseas, regurgitación, vómito, intolerancia al ejercicio, cianosis, síncope y colapso. El diagnóstico usualmente se basa en lo que reporta el tutor del animal, en el examen clínico y en la imagenología. La radiología y la tomografía computarizada son parte del protocolo, y la endoscopía resulta relevante a la hora de visualizar las alteraciones dinámicas que se producen en la vía aérea. Recientemente, un test de función respiratoria objetivo y no invasivo que utiliza la pletismografía corporal, ha sido desarrollado para diagnosticar y cuantificar la severidad del síndrome. El manejo de estos pacientes está orientado a mejorar el distrés respiratorio y prevenir la hipertermia por golpes de calor. El tratamiento médico se aplica para controlar los síntomas digestivos y es el tratamiento quirúrgico el que ayuda a resolver los síntomas respiratorios en los casos más severos. En ese sentido, diversas técnicas quirúrgicas han sido desarrolladas para corregir la estenosis de narinas, el agrandamiento del paladar blando, el crecimiento aberrante de los cornetes nasales, la eversión de sáculos laríngeos y tonsilas, distintos grados de colapso laríngeo, entre otros componentes del síndrome. En esta revisión se mencionan y describen las técnicas quirúrgicas más importantes. Al final se puntualizan algunas consideraciones para el cuidado posoperatorio y la estabilización de emergencia en un perro con crisis respiratoria. | |